Luego de lo ocurrido no podía dejar de pensar en el momento en el que se nos ocurrió grabar en el desierto de Mondoñedo, un lugar que aunque es común en algunas producciones tiene zonas de alto riesgo para quién lo visita.
La noche anterior al rodaje del videoclip de “En La Hoguera” de Los Mozcú nos reunimos a verificar que todo estuviese en orden y hacer la comida que llevaríamos para la larga jornada de filmación. Para aprovechar el amanecer una van nos recogería a las 4:00 am y nos llevaría rumbo al desierto por la vía Bogotá – Mosquera.
La idea era poder encontrar un sitio público donde pudiésemos realizar algunas tomas de un grupo de vaqueros persiguiendo algo desconocido, lo que no sabíamos es que en el lugar que nos asentaríamos alguien nos estaría vigilando de cerca.
Encontramos un sitio abierto, un sitio arenoso con distintos tonos de naranja que con el azul del cielo amaneciendo se veía perfecto a los ojos de Andrés Vargas, nuestro camarógrafo. Decidimos estacionar para organizarnos y hacer de inmediato las primeras tomas del plan de rodaje que incluían algunas de presentación de los personajes, entre los cuales me incluyo ya que en aquel entonces pertenecía a la banda.
Decidimos divertirnos mientras filmábamos, jugábamos a dispararnos con pistolas de utilería que habíamos comprado el día anterior en un “Todo a Mil” y nos tomamos las primeras horas probando distintos planos para tomas individuales y en grupo, poco después nos sorprendería una visita inesperada.
Mientras filmábamos unas tomas panorámicas vimos que se acercaba un automóvil de donde una persona se bajó y empezó a hacernos señas con las manos para que nos acercáramos, volvimos corriendo porque habíamos dejado varias cosas fuera de la van y quiénes nos acompañaban empezaron a llamarnos algo afanados.
La historia real detrás del sitio donde estábamos filmando es que era una zona donde algunas empresas tiraban desechos de lo que extraían, inicialmente pensamos que podría ser algo tóxico, pero el peligro radicaba en que estos desechos eran de gran valor para algunas “bandas” de recicladores que se enfrentaban armados para obtener este material.
No quisiera ahondar en las causas sociales, económicas y políticas que convertían ese sitio en una zona conflictiva. – “No deberían estar corriendo con armas de juguete por acá“- era la recomendación del jefe de seguridad de una empresa que limitaba con la locación. Decidimos hacer caso luego de las historias que nos contó y emprendimos nuestro viaje hacía el único plan B que se nos ocurrió, la montaña El Majui en Cota, a la que, no contentos con lo ocurrido en Mondoñedo, nos metimos a pesar de estar sellada (Aunque esa es historia para otro post).
La recomendación acá es obvia, no se confíen por más que alguien del equipo asegure que la locación es la mejor, si no tienen los 700 usd que cobran en las fincas cercanas al desierto para filmar, realicen una investigación previa de los lugares abiertos a donde vayan a filmar y sus riesgos y vayan siempre con un plan B y sobretodo no corran por ahí con armas de juguete.